Las obras de Hosokawa (Xapón), Scelsi (Italia), Saunders (Reino Unido-Alemaña), Posadas (España) y del gallego Miguel Matamoro son cinco formas de acercarse a la comprensión de la música de vanguardia. En cada una de ellas, el sonido de los instrumentos parece congelarse, insinuar que hay cuerpos que vibran con ellos, que el espacio se forma al rededor de la vibración de los cuerpos.
La música como un espacio oscuero que sustenta gestos, imágenes, retratos. Un sonido que se vuelve tangible como la carne y visible como las sombras. Cinco grandes lienzos que confunden el ojo con el oído.