Hay un lugar llamado infancia, en ese lugar recibimos los impactos más radicales de nuestra existencia, esos que perduran en el tiempo, esos que renacen cuando ya ni recordábamos que habían ocurrido, el amor, la injusticia, la amistad, el miedo, el respeto, la envidia… algunos hacen daño y otros son curativos.
Buscar el lugar donde estaban escondidos puede ser de gran ayuda, después toca recolocar de nuevo, resiliencia… aprender a perder y a ganar sin importar el lugar, relativizar el éxito y el fracaso, caer y levantarse… levantarse y caer.
Levantarse e caer es un pequeño tratado sonoro de todo eso… algunas nanas, alguna canción para reivindicarnos, otras para curarnos…