Albert Pla nos propone en está ocasión un viaje íntimo y muy personal, desde la infancia hasta más allá de la sepultura, por las sensaciones, las emociones y los sentimientos que nos produce ese fantasma que vive en nuestra mente alimentado por nuestros pensamientos, el miedo.
“Canta, canta, no dejes de cantar Si dejas de cantar te morirás”
En el escenario, se hace un repaso, en tono irónico, de los miedos de siempre,los temores habituales, el miedo a uno mismo, los fantasmas que nos asedian,el terror a la muerte… Una tras otra se van desgranando las canciones como una manera de espantar o enfrentar los propios miedos. Y finalmente, la catarsis de la risa, la liberación.